October 12, Sunday

Anniversary of the IPR of Meneses

FAITH THAT HEALS, GIVES THANKS, AND GIVES DIGNITY

Luke 17:11-19

Then one of them, seeing that he had been healed, returned, glorifying God with a loud voice, and fell down on his face at His feet, giving Him thanks; and this man was a Samaritan [...]
And he said to him, “Get up and go; your faith has saved you.

Luke 17:15-16,19

On many occasions, our comings and goings have been marked by haste, indifference, and a lack of empathy; this has prevented us from stopping to take time to reflect what we do in the path of our daily human lives.

Let us reflect for a moment: What are those burdens which weigh us down and make us cry out in despair to the Lord? Do we appreciate every gesture of healing and sustenance? On the other hand, are we aware that the Christian faith is not only tender words but concrete acts of love?

We’ve surely noticed that our paths intersect with the paths and trails of others; and it is there, at that moment and place, that we discover opportunities to experience the divine incarnation of Jesus through the practice of his love, the genuine way of relating to what is different, and the just choice for a dignified life.

May our daily actions always be marked by inclusion, equity, and human dignity. May gratitude and humility never be lacking in glorifying the Pilgrim God who helps and teaches us to carry our burdens, and shows us the true path of restoration and healing. May our Christian faith be sufficient to understand that the Kingdom of God is for those who think and act—at all times—moved by mercy. It is for those who know how to return... give thanks, and rise up!

Prayer: Lord Jesus, thank you for the opportunity to meet you on the path, on the Way when we take the time to look at the faces of others; and we are moved when some fall and others help them up. We ask your forgiveness for being indifferent! Always show us the way to healing. In Jesus’ name, amen.

Translation by Sorrel Ann Alburger

 

Octubre 12, Domingo

Aniversario de la IPR de Meneses

La fe que sana, agradece y dignifica

Lucas 17:11-19

Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano[...] Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado

Lucas 17:15-16,19

En muchas ocasiones, nuestro ir y venir ha estado marcado por la prisa, la indiferencia y la falta de empatía; eso nos ha limitado a hacer una parada necesaria, y poder reflexionar acerca de nuestras prácticas humanas del día a día.

Por un momento reflexionemos: ¿Cuáles son esas cargas que se llevan acuestas y hacen dar gritos desesperados al Maestro? ¿Agradecemos cada gesto de sanación y sustento? Por otro lado, ¿Somos conscientes que la fe cristiana no es solo palabras tiernas sino hechos concretos de amor?

De seguro hemos percibido que nuestros caminos se entrecruzan con los caminos y senderos de otros/as; y es ahí, el momento y lugar indicados de descubrir las sensibles oportunidades para experimentar la divina encarnación de Jesús; mediante la práctica de su amor en extremo, la genuina manera de relacionarse con lo diferente y la justa opción por la vida digna.

Que nuestras acciones cotidianas siempre tengan sentido de inclusión, de equidad y dignidad humana. Que el agradecimiento y la humildad nunca falten para glorificar al Dios Peregrino que ayuda y enseña a cargar; y nos muestra el verdadero camino de la restauración y la sanación. Que nuestra fe cristiana sea suficiente para entender que el Reino de Dios no es para la frialdad de los números; es para los que piensan y actúan -en todo tiempo- movidos por la misericordia. ¡Es para aquellos/as que saben regresar... agradecen y se levantan!

Oración: Señor Jesús, gracias por la oportunidad de encontrarte en el Camino cuando tomamos el tiempo para mirar los rostros de otros; y nos sentimos movidos cuando unos caen y otros ayudan a levantarles. ¡Te pedimos perdón por ser indiferentes! Muéstranos siempre el camino para sanar. En el nombre de Jesús, amén.